La influencia de Lewandowski: Un factor clave en la transformación del Barcelona

Detrás de la teoría de Xavi, que considera que su anuncio de marcharse el 30 de junio liberó al equipo y ha dado resultados (20 de 24 posibles en la Liga y clasificación para los cuartos de final de la Champions), surge otra posible explicación para la transformación del Barça. Esta semana se cumplen dos meses desde la barbacoa organizada por Robert Lewandowski en su casa, una idea que, según informó la SER en su momento, surgió de su esposa, Anna Lewandowska, quien sugirió que hicieran un examen de conciencia juntos. De hecho, ‘Lewy’ solo tenía una condición para el encuentro en el vestuario: que todos los miembros del equipo asistieran. Y así fue. Reunidos sin Xavi, quien días antes había anunciado su partida, se comprometieron a intentar cambiar la situación después de un terrible mes de enero en el que sufrieron una derrota ante el Villarreal (3-5), seguida por la aplastante derrota en la final de la Supercopa ante el Madrid (4-1), y la eliminación de la Copa del Rey en la prórroga contra el Athletic en San Mamés (4-2).

Existen explicaciones futbolísticas para la reacción del Barça: el regreso de Ter Stegen, el surgimiento de los jóvenes talentos, la revitalización de los veteranos (incluido Lewandowski mismo), el impacto de Christensen, la resurgimiento de jugadores como Koundé y la solidez defensiva. Pero también hay un factor humano en la recuperación de los azulgranas. Un equipo que corre y sufre juntos. Han reconocido una mejora en la calidad de los entrenamientos. Además, han seguido la idea de Lewandowski. Coincidiendo con el cumpleaños de Sergi Roberto, los jugadores también se reunieron en las instalaciones del club para almorzar.

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Xavi medita un cambio de plan a la fuerza

Xavi Hernández, debido a varias circunstancias, se encuentra en una situación complicada al perder a la totalidad de su centro del campo clave que le dio el campeonato la temporada pasada. La partida de Busquets al Inter Miami junto a Messi, la lesión de Gavi con la Selección, y las recientes lesiones de De Jong y Pedri en San Mamés han dejado al Barcelona sin sus pilares en el mediocampo.

Con la baja de Oriol Romeu, fichado como sustituto de Busquets, y la reconversión de Christensen de central a mediocentro, Xavi se ve obligado a cambiar su plan de juego, abandonando la formación con cuatro centrocampistas para apostar por un enfoque más ofensivo con tres delanteros. Esta decisión es crucial, especialmente ahora que se acercan los octavos de final de la Champions.

Lewandowski es considerado intocable, y la presencia de Raphinha se vuelve esencial para dar descanso a Lamine Yamal, cuya edad no le permite asumir tantos minutos a pesar de ser el atacante más resolutivo del equipo.

Con las lesiones y las ausencias, jugadores como João Félix, Vitor Roque, y Ferran Torres deben asumir un papel más protagónico. La lista de centrocampistas puros se reduce a Gündogan, Fermín y Sergi Roberto, lo que presenta un desafío considerable para Xavi, quien se enfrenta a un cambio de plan forzado en el momento crucial de la temporada.

Esta situación requiere una adaptación estratégica rápida y efectiva por parte de Xavi y su equipo técnico. El Barcelona debe confiar en la calidad de sus delanteros y en la capacidad de los jugadores en el mediocampo restante para superar este obstáculo y seguir compitiendo en la Champions. En un momento crucial como este, la experiencia y la creatividad del cuerpo técnico serán fundamentales para mantener el rendimiento del equipo.

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Xavi: «El Madrid se ha metido atrás»

El técnico del Barcelona lamentó la derrota, pero se mostró orgulloso de su equipo y de «dominar y ser superior en muchos minutos al Madrid».

¿Qué sensación le queda?

Hemos tenido el partido. Hemos jugado con muchos complejos durante 20 o 25 minutos, pero nos hemos quitado los complejos. Era un día de valentía y de quitarnos los complejos. No podemos hablar con la voz muy alta, pero es un día, insisto, en que nos quitamos los complejos. Nos quitamos los complejos. Este Barça puede competir con cualquiera. El resultado te da la razón y hoy no nos la da, pero en las sensaciones nos dice que debemos que hacer y que el Barça debe ir hacia arriba.

¿Pero no se siente mal?

Son sensaciones contradictorias porque teníamos la victoria a tocar. Hemos dominado al Madrid mucho rato, pero nos falta experiencia, paciencia, responsabilidad. Estamos cerca. Nos falta el punto de inflexión. Es que hemos tenido el 3-2. Hemos dominado al Madrid, que se ha metido atrás. Es una pena. Nos vamos con rabia y tristes. Este es el camino, creo. Podíamos haber ganado. Hemos jugado con complejos, pero a partir del minuto 25. Hemos asumido riesgos, pero ellos se han aprovechado de nuestros errores.

¿Es optimista?

No tengo queja de ningún jugador porque todos tienen compromiso. Son jóvenes y a veces hay que frenarlos. Ya es un tema de que acompañen los resultados. Vamos recuperando gente y es una ventaja para el grupo.

¿Con qué lectura se queda de las reapariciones?

En la primera parte jugábamos con complejos, pero luego nos hemos soltado. Y los tres nos van a ayudar. Pedri y Ferran necesitan minutos, Ansu ha marcado el gol y nos ayudarán mucho.

¿El Barça se pone a la altura del Madrid?

Hoy sí. Pero en LaLiga no. Estamos 17 puntos abajo pero el Madrid es letal a la contra. Pero el Madrid está en forma, pero estamos ahí.

¿Ha tenido la tentación de devolver la línea de cuatro en el inicio de la prórroga?

Tenía claro que hoy era un día de valentía, responsabilidad con la pelota y jugar sin complejos. Es un día que, a pesar de la derrota, nos llevamos la moral muy alta. Nos vamos tristes, pero creo que hemos hecho un partido muy completo. Con responsabilidad con balón, las transiciones del Madrid son por pérdidas nuestras, pero era un momento de arriesgar, que los centrales arriesgasen y buscar superioridad ante su centro del campo. Hemos arriesgado y así nos han hecho el 3-2. Hemos sido superiores en muchos momentos al Real Madrid y creo que es un día para quitarnos los complejos y demostramos que podemos competir. Es un punto de inflexión para el Barça.

¿Es una derrota para el crecimiento?

Hemos perdido 3-2, luego hemos tenido el 3-3, es cierto que al final el Real Madrid ha hecho el 4-2, pero les hemos dominado, les hemos controlado y es una pena, nos vamos tristes. Pero por el otro lado podemos estar orgullosos, porque hemos competido muy bien y este es el camino.

Ha sido muy competido.

El resumen es este. Podía haber ganado el Madrid o Barcelona, les hemos dominado en muchas fases del partido y creo que no hemos dominado cuando hemos mostrado cierto miedo o hemos sido timoratos con balón. A partir del minuto 25 hemos crecido, luego no hemos parado sus contras como habíamos hablado y ellos han aprovechado nuestros errores. Nos vamos orgullosos, porque es un punto de inflexión en sensaciones, aunque tristes por la derrota.

¿Tiene la sensación de que este es el camino?

Son sensaciones contrariadas. Muy mala por la derrota, teníamos la victoria ahí, pero nos podemos ir orgullosos de las sensaciones, del juego, de dominar al Madrid. Nos falta experiencia, paciencia, responsabilidad con balón, pero este es el camino. Creo que vamos bien encaminados, nos falta esa victoria para ir para arriba, pero hay que seguir creyendo y seguir intentando.

Los lesionados estaban deseando volver. ¿Es optimista con lo que viene?

Ya he dicho muchas veces que no tengo queja de ningún jugador en su compromiso. Quieren arriesgar, estar antes en sus lesiones y hay que frenarles porque son muy jóvenes y tienen ese ímpetu. Muy orgulloso del equipo, la familia que somos en el vestuario y quiero pensar que vamos en el buen camino y falta que nos acompañen los resultados. Hemos tenido circunstancias adversas, pero vamos recuperando jugadores y cada vez es más complicado ir haciendo las lesiones, y eso es positivo para el equipo.

¿Qué sensaciones tiene del regreso de Pedri, Ansu y Araujo de lesión?

Hemos tenido unos primeros minutos complejos, pero luego hemos ido creciendo. Los tres nos ayudarán mucho, ya se ve lo que es capaz de hacer Ansu con el gol, sus llegadas, ha tenido el empate y marcarán muchas diferencias.

Dijo que el Madrid es el equipo más en forma de España, ¿Se acercan a ellos?

Hoy sí, si hablamos en general no. Estamos a 17 puntos de ellos con un partido por jugar, pero hoy sí. Hemos competido y si tiramos una moneda al aire y gana el Barça no pasa nada. Creo que también merecimos estar en la final. Ellos jugaron a la contra, aprovecharon su fantástica velocidad y son errores nuestros también. Creo que hemos competido con el equipo más en forma de España ahora mismo.

¿Cuáles son las sensaciones del vestuario?

Ellos también tienen la sensación de que hemos tenido el pase a la final. Al Madrid dominado en su campo, hemos tenido la victoria y es triste e impotente. Mañana lo veremos mejor, nos podemos sentir orgullosos y si hay alguna manera de la que hay que perder que sea así.

De Jong sigue sumando.

Ya dije que es parte de la plantilla. Al final somos el Barcelona, no va a jugar nadie por el nombre, será por rendimiento y meritocracia y como iba a sacar a Luuk del equipo si está marcando goles, generando buenos desmarques y es un ejemplo para el equipo. Si sigue rindiendo va a seguir jugando.

¿Con qué se queda?

La sensación de que podíamos haber ganado perfectamente. Hemos tenido el partido, hemos sido valientes, todos daban por favorito al Madrid, se hablaba de goleada y creo que hemos podido ganar perfectamente.

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El Madrid pasa, el Barça crece

Un gol de Valverde en la prórroga mete al equipo de Ancelotti en la final de la Supercopa en un Clásico emotivo y agotador. Decidió el contragolpe blanco ante una gran versión azulgrana.

La tabla no miente, pero exagera. El Madrid tiene a Vinicius y Benzema y el Barça, con el Ansu que viene y el Dembélé que se va, anda por detrás a una distancia que ya se mide en centímetros. O en milímetros, como en Riad. El Madrid fue mejor cuando corrió, en la primera parte, y sufrió cuando sus centrocampistas se enredaron en la presión culé, en la segunda y parte de la prórroga. El Barça fue mejor con los jóvenes que con los veteranos, pero sólo le dio para mejorar su autoestima y revisar al alza sus previsiones. Xavi ha ganado el relato. Ahora tiene pendiente ganar los partidos. Anda cerca.

Insólito fue el escenario y clásico el guión del Clásico. Si el Madrid no corre, se muere de aburrimiento. Disfruta cuando espera y sufre cuando le esperan. Lo sabía el Barça y aun así le ofreció ese partido porque le puede el instinto. La presión elevada, al hombre, en busca de la recuperación rápida; la apropiación debida del balón y esa paciencia para marear la perdiz hasta que la caza. Es la ley no escrita que se aplica, de generación en generación, de Cruyff a nuestros días. Discutirlo es condenarse. En paciencia el Barça siempre ha goleado al Madrid.

La inmunidad azulgrana está en esa primera presión. Si fracasa, la pierde porque queda muy desabrigado atrás, con demasiados jugadores por delante de la pelota. Y el Madrid tiene centrocampistas con buen pie y oficio para superar esas emboscadas. Sucedió en el inicio, cuando el equipo de Ancelotti enlazó cuatro contras bien preparadas y mal rematadas por Benzema, Vinicius y Asensio (dos). La apuesta de Xavi fue de altísimo riesgo: Alves, 38 años, frente a una centella, Vinicius, en una defensa de cuatro; y Ferran, recién salido del COVID y de una lesión, inscrito sobre la marcha, sin un solo partido de aclimatación, titular desde el comienzo.

Vinicius da primero

Un clima en el que el Madrid se sintió cómodo, tuvo tiempo y espacio y acertó en el quinto intento, en una jugada muy poco común. Busquets, que ha hecho fortuna de su seguridad como coche escoba en el centro del campo, se durmió tras un envío sencillo de Araujo y le madrugó la pelota Benzema, que se ha reeducado como goleador pero no como recuperador. El resto duró lo que un relámpago: pase profundo del francés y esprint y remate sobre la marcha de Vinicius. La jugada fue un símbolo de los tiempos que corren en esta rivalidad centenaria: los jóvenes del Madrid han llegado antes y los veteranos se están yendo más tarde. El brasileño celebró que Xavi no doblara la guardia sobre él como se presumía. También se esperaba una más nutrida representación de la granja de canteranos, pero a la hora de la verdad Gavi fue el único joven del once. En cierto modo extrañó, toda vez que, por la excepcionalidad que vive el club, han tenido que saltar de La Masia a Vietnam sin escalas.

La respuesta azulgrana tuvo poco que ver con su catecismo y mucho con su extraño presente. Luuk de Jong, ariete satanizado y rehabilitado a la fuerza, se acercó al empate en dos cabezazos sin colocación, pero acabó dando en el blanco. Dembélé, ese extremo por cuenta ajena que de cuando en cuando, entre parte médico y parte médico, está a la altura de su precio, puso una pelota en el primer palo, Militao equivocó la orientación de su despeje y el rebote golpeó a Luuk de Jong y acabó en la red tras tocar en el palo. Sin demasiada explicación, el holandés ha cambiado la calabaza por la carroza. Cosa de magia.

Un final extremo

El gol fue un castigo a la falta de concreción del Madrid, que llegó mejor que remató, que corrió mejor de lo que pensó. Porque a vuelta de descanso se dibujó otro partido. Xavi metió a Pedri y su impacto fue inmediato. Al Barça le fue mejor en la presión y en la profundidad, también porque otro recién llegado, Abde, le dio otra banda. En apenas diez minutos Dembélé dejó escapar tres oportunidades, todas claras, todas sin el lazo de la puntería ante un Madrid dormido, imprudentemente confiado. El francés es la mejor arma de este Barça, su hecho diferencial. Justificó la súplica de Xavi por una renovación imposible.

A 25′ del final el Barça quemó su último cartucho, Ansu, el depositario de su futuro. En ese terreno, el de dar un volantazo sobre la marcha, el Madrid anda en desventaja. Gran parte de su banquillo anda entre oxidado y desanimado. Su primer cambio estaba telegrafiado: Rodrygo por Asensio. Le dio un impulso a su equipo. Un avance suyo culminó con una genialidad de Benzema, que con pies de bailarín se hizo sitio en el área para acabar mandando un gran remate al palo. Y de inmediato el 1-2. Ter Stegen rechazó el primer remate del francés, incluso el centro de Carvajal, pero Benzema anda suelto y no perdonó a la tercera.

El Barça buscó un final loco, con una defensa de tres y con cuatro puntas (Memphis fue el último en llegar) y le salió. Empató con un cabezazo de Ansu. De sus goles va a vivir el equipo muchos años. Incluso convaleciente es un cañón. Era un todo o nada que aprovechó un Madrid dominado para rematar la faena en la prórroga con una contra de academia. Casemiro la preparó y Valverde, decisivo también hace dos años en Arabia por aquella falta que valió más que un gol a Morata, la culminó. Dos centrocampistas al frente de una manada frente a un rival a la desesperada. Todo acabó como tantas veces, en manos de Courtois, salvavidas en partidos de foto finish. Quién dijo que no hay porteros galácticos.

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